MUDEJAR en TIERRA de PINARES. 4. OLMEDO. Valladolid

JUEVES 18.04.2012

Con la suerte del viajero tenaz, hoy amanece sin viento y un tímido sol se deja ver entre espesas nubes, pues ¡a continuar!.

No vamos a entrar en el parque temático del Mudéjar aunque debe ser muy interesante , se encuentra justo al lado del área. (www.pasionmudejar.com) preferimos callejear primero la ciudad y luego ya veremos.

Área de autocaravanas junto al parque temático del mudéjar

Subimos hacia el pueblo  y enseguida llegamos a la Plaza Jesús, con antiguos edificios civiles  recios y en ladrillo como el del Museo de la Semana Santa, continuamos hasta la amplia plaza de Santa María en la que se hiergue  con bastante majestuosidad la colegiata de Santa María del Castillo.

Son bien perceptibles sus muchas transformaciones a lo largo del tiempo, portada románica del s.XII, pasando por la mudéjar del s.XV hasta la entrada actual, gótica del XVI.

Iglesia de Santa María del Castillo

Se encontraba cerrado pero pudimos entrar gracias al beneplácito de un grupo de señoras que se encontraban en ese momento fregando el suelo de la iglesia y que haciendo un alto en su trabajo voluntario nos ofrecieron impagables explicaciones; sin querer molestar ni estropear su quehacer, solo nos movimos por la entrada cuyas baldosas ya se habían secado, admirando de lejos el  retablo barroco en madera policromada.

Nos llamó la atención, debajo del coro donde nos encontrábamos sin apenas movernos,  lo que nos dijeron era un relicario del siglo XVI donado por Felipe II con apariencia de retablo en forma de pequeños cajones, dentro de cada uno,  en total cuarenta y nueve, había  un busto y la correspondiente reliquia en el interior de cada escultura del santo en cuestión.

Relicario con 49  bustos en madera policromada

No podemos imaginar donde y como se pudo, en su tiempo, recolectar semejante cantidad de pedacitos de santo para meterlos allí. Nos pareció algo, cuanto menos, bastante curioso.

Detalle de varios bustos que contienen en el interior sus correspondientes reliquias.

Continuamos con nuestro paseo  buscando la plaza Mayor con un plano de Olmedo que nos habían facilitado anteriormente en la oficina de turismo de Arévalo.

Lloviznaba a ratos, saliendo el sol seguidamente. Nuestros pasos  tranquilos nos llevaron a la plaza de San Julián donde hay una estatua moderna, dedicada al famoso personaje  de Lope de Vega, el Caballero de Olmedo.

Plaza de San Julián y la estatua dedicada al Caballero de Olmedo.

Nos acercamos al edificio que se destaca en esta plaza: Palacio de El caballero de Olmedo.  El edificio por fuera no llama especialmente la atención, pero al ver que tenía las puertas abiertas   entramos dispuestos a dejarnos sorprender  y la verdad, nos sorprendió agradablemente.

Torreón a la entrada de la iglesia de San Miguel

En el hall de entrada, había dos personas que informaban y proporcionaban las entradas. Como era  día de diario no había afluencia de público, en ese momento eramos los únicos visitantes y aun faltaba un tiempo para la hora del pase.

Nave central de San Miguel.

No recuerdo como,  surgió una animada charla  de forma distendida con ellas sobre Olmedo, sus calles, sus monumentos, también sobre nuestra forma de viajar y que nos gustaba la fotografía, etc.  Marga, que así se llamaba una de nuestras interlocutoras, nos dijo que si teníamos tiempo nos podría enseñar una joya inigualable que alberga Olmedo en la iglesia de San Miguel y nos habló de la cripta de La Soterraña.

Magnífico retablo barroco en madera  sin policromar.

Por supuesto que no podíamos desaprovechar aquel amabilísimo ofrecimiento. Acompañamos a Marga que con las llaves en la mano nos guiaba a través de las calles de Olmedo hasta la iglesia , no solo fue abriéndonos los portalones de esta maravilla del mudéjar de Olmedo (El Muday-Yan, o Mudéjar) sino que al tiempo que encendía las luces nos iba ilustrando sobre todas las características histórico-artísticas. Eramos conscientes del privilegio que disfrutábamos en esos momentos ; un auténtico lujo, casi nos sentíamos abrumados por su gran amabilidad.

Una magnífica muestra del legado árabe en el mudéjar. Las yeserías.

Otra singularidad en San Miguel. Una talla de un Cristo crucificado hecho en pasta de papel.

No tenemos capacidad retentiva para poder plasmar como merece en este escrito la fluidez y el entusiasmo de la magnífica explicación con la que Marga nos obsequiaba, y fue sencillo dejarnos impregnar del ambiente un poco misterioso, casi mágico que sentimos en la soledad del recinto,  sobretodo una vez que bajamos a la magnífica cripta, aunque aún no hemos llegado a ella, comencemos por un gran retablo barroco que bajo nuestro punto de vista tiene la originalidad de estar a madera vista, es decir sin policromar, nunca habíamos visto el barroco desnudo, de hecho nos pareció precioso, diferente.

Frescos en los muros recientemente recuperados.

Los retablos barrocos no nos gustan demasiado siempre tan policromados y con tantos dorados encima no dejan ver las tallas, después de haber visto el de San Miguel, hemos caído en la cuenta de que debajo de tantos dorados esconden una preciosa madera. Es posible que estemos diciendo una tontería pero en cuestión de gustos no hay nada escrito como se suele decir,  aunque sí en cuestión de arte y ahí nuestra opinión no cuenta.

Acceso a la cripta.

También había una bonita yesería perfectamente conservada y un fresco que habían encontrado recientemente, creemos recordar que bajo múltiples capas de pintura. Es curioso, estos descubrimientos  después de siglos ocultos parece que al ver de nuevo la luz son mas bellos si cabe por muy deteriorados que estén, al mirarlos la imaginación se dispara y lucen con mayor esplendor por lo menos en nuestra mente. También nos llamó la atención un Cristo en la Cruz , no por su  belleza como escultura sino por el material del que estaba hecho, pasta de papel.

Bóveda espléndidamente decorada

El acceso a la cripta ya es por si mismo muy original, Se baja por unas escaleras debajo del altar hasta un pasillo abovedado con un magnífico artesonado en madera. Cuando llegamos al centro de la cripta nos sobrecoge su contemplación.

La singular configuración de la cripta la hace única.

Desde las balconadas laterales.

Un espacio en forma octogonal se eleva buscando la luz que entra por las  linternas iluminando  tenuemente   las paredes y la cúpula cubiertas completamente de pinturas policromadas.   La virgen de la Soterraña (soterrada) del siglo Xlll,  se encuentra en un retablo barroco. 

Los laterales de la cripta tienen unas balconadas a las que se llega a través de unas estrechísimas y oscuras escaleras que no hacen mas que aumentar la sensación de misterio de este lugar tan especial. Sus magnificas balaustradas de madera permiten asomarse al vacío central de la cripta desde donde  pudimos ver  maravillados esta obra arquitectónica tan singular y única.

Cuando salimos a la calle teníamos la sensación de regresar de un viaje en el tiempo.

Volvemos con Marga, nuestra inestimable anfitriona, hacia el palacio del caballero de Olmedo para realizar la visita que habíamos previsto con anteriorid.

Con unos sorprendentes efectos especiales a través de distintas salas te sumergen en el mundo del teatro clásico del siglo de oro. Se incide especialmente en Lope de Vega y  su personaje de el Caballero de Olmedo.

Curioso el viaje que nos proponen a través del teatro del siglo de oro

Y el caballero de Olmedo se hace presente en éste viaje en el tiempo.

Se va pasando de una sala a  otra al ritmo de proyecciones multimedia. Se apaga una sala cuando termina la exposición y se enciende la siguiente, así vas trasladándote de época en época y de personaje en personaje.

Muy maja  la visita, merece la pena,  muy recomendable.

San Andrés. Los restos bien conservados del soberbio ábside mudéjar.

Pues solo con estos dos lugares visitados nos vamos a llevar de Olmedo un estupendo recuerdo aunque no termina ahí nuestro recorrido de hoy.  Aun tuvimos tiempo de callejear otro buen rato y pudimos ver los restos de la iglesia de san Andrés en la plaza del mismo nombre, con otro soberbio ejemplo de ábside mudéjar que prácticamente es lo único que queda en pie de esta edificación.

Todos sabemos lo mucho que cuesta conservar un patrimonio tan extenso como el de nuestro país, pero cuantas veces la desidia, cuando no las malas artes y las especulaciones  que han buscado beneficios inmediatos, han dado al traste, de manera irreparable, con legados históricos y artísticos insustituibles, por suerte parece que la actitud actual es diferente y se protegen y conservan los    monumentos etc,  aunque claro ya veremos si ahora en época de vacas flacas no cambia la situación dramáticamente.

Vamos buscando el regreso a la autocaravana porque el estomago nos recuerda que ya va siendo tarde y lo hacemos por la plaza mayor, bonita, bien cuidada pero para nuestro gusto “demasiado industrializada,” predominan y sobresalen demasiado las fachadas  de tiendas modernas, bancos y cafeterías. Olmedo da mucho mas de sí pero el tiempo se nos ha terminado,  esta tarde regresamos a casa.

El regreso a casa, nuevamente atravesando los inmensos campos de Castilla.

Este precioso y tranquilo recorrido tendría otras muchas posibilidades  porque no lejos de aquí se encuentra Coca, Santa Maria la Real de Nieva, Cuellar, y un apetecible y largo etc.  Como siempre decimos, para otra ocasión será.

Como colofón a esta visita por Tierra de Pinares, dejamos este vídeo. No dejéis de verlo.

Se trata de uno de los episodios de la interesantísima serie, emitida por La2,  que José María Pérez  "Peridis" dedica en este caso al arte mudéjar  titulado "El románico del ladrillo",
Solamente el Sr. Peridis es capaz de contagiarnos con su gran pasión y entusiasmo por el románico recordándonos a otro gran apasionado comunicador,  Felix Rodríguez de la Fuente. 

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