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1 nov 2012

MUDEJAR en TIERRA de PINARES 2. MADRIGAL DE LAS ALTAS TORRES. Ávila




MARTES 17-04-12

Es  fácil hacer una ruta interesante por esta zona. Muy cerca de Arévalo de donde venimos,  se encuentra Madrigal de la Altas Torres,  siempre este topónimo nos ha retumbado en los oídos mas por su mayestático nombre que por la historia que pudiese albergar, bastante desconocida para nosotros, así que se nos presenta la ocasión propicia para hacer una visita rápida o en profundidad, depende como siempre de lo que vayamos descubriendo,  posibilidad que nos permite este modo de viajar.

Pues ahora voy,
pues ahora vengo,
no me gusta, continúo.
me gusta, aquí me quedo.

Lugar de aparcamiento y pernocta en la plaza del Cristo frente al palacio de Juan II, donde nació Isabel  la Católica.


De Arévalo a Madrigal hay apenas 30 Kms. A través de la llanura castellana, antaño, pero que muy antaño, este terreno estaría plagado de arboles sin poder ver el horizonte en ningún momento. Aquello de las ardillas que podrían atravesar la península sin pisar el suelo. Ahora solo algunas manchas, aunque amplias, de pinos de repoblación se intercalan aquí y allá entre grandes extensiones  cerealistas.
De Madrigal delas Altas Torres no teníamos  información sobre algún sitio para poder pasar la noche y en cuanto a su historia y características, poco mas de lo que todos recordamos sobre Isabel la Católica. Así que fuimos con ese regustillo por descubrir. A la entrada evitamos, por costumbre, centro urbano y preferimos, en sitios desconocidos, aparcar  en las afueras y entrar caminando para evitar las encerronas en las calles antiguas y estrechas de los pueblos.


Entrada al palacio de Juan II.

Nos desviamos a la izquierda siguiendo la linea de unas murallas , toda esa zona estaba mucho mas despejada, había  un puentecito de piedra por donde entraban y salían toda clase de vehículos, furgones de reparto incluidos, además, desde fuera, alcanzamos a ver que por allí se accedía a una amplisima plaza. Entramos y nos encontramos con un espacio tan grande y despejado que con toda seguridad cabrían mas de 50 autocaravanas perfectamente estacionadas. El tamaño de una autocaravana se me está convirtiendo en la medida universal de todas las cosas.

Plaza del Cristo.

Restos de las murallas.

Paramos en un lateral, el mas alejado al tránsito de vehículos e intentamos localizar alguna fuente pública porque teníamos necesidad de repostar agua , otra vez la suerte nos sonríe, en la misma plaza localizamos en la esquina de un gran edificio y unos amplios jardines, una fuente con dos grifos, uno para rosca y el otro de los de presionar con la mano. Nos situamos cerca y sin agobios ni premuras, llenamos al completo y rápidamente el depósito, ya que la presión con que salía el agua era considerable. Ya listos, estacionamos junto a un enorme edificio en ruinas alejados de la diagonal de la inmensa plaza adoquinada y sin marcas viales por donde circulaban los vehículos entrando y saliendo del pueblo.

Retablo barroco en la capilla del Cristo de las Injurias

Juego de luces y sombras.

Nos dirigimos a la cercana oficina de turismo encontrándola cerrada aunque según el horario que  había en la puerta debería estar abierta. Nos vemos obligados a recorrer la ciudad a ciegas, fijándonos únicamente en los carteles que figuran en las puertas de acceso de los distintos monumentos. 
La información que vamos a ir plasmando aquí es posterior a nuestra visita. Así pues primero nos  dirigimos al edificio que tenemos enfrente, haciendo esquina, con una puerta que da acceso a un patio interior. Suficiente y precisa información en la entrada, se trata del palacio de Juan II donde nació la reina Isabel la Católica. Tiene horario de visitas para lo que hay que llamar a un timbre en donde una monjita nos informaría y cobraría la entrada, pero sobretodo NO DEJAN HACER FOTOS  “Con la Iglesia hemos topado Sancho”.......una vez mas.
Sin poder hacer fotos no nos seduce la idea de entrar para ver  estancias y habitaciones sin ningún otro interés que saber donde nació aquel personaje.

El ladrillo siempre presente, no solo en las construcciones mas notables.


Era la hora de comer y en aquel lugar se estaba francamente bien, sin molestar a nadie y sin que nadie nos molestase. Tratándose de un pueblo pequeño, el tránsito de coches no era molesto en absoluto. Una buena comida y una buena siesta. Tenemos toda la tarde para visitar Madrigal, además hemos pensado quedarnos a dormir aquí en lugar de trasladarnos a última hora, hasta Medina del Campo y tener que investigar donde pasar la noche allí, puesto que aquí se está estupendamente.


La imponente iglesia de San Nicolás de Bari.

Comenzamos por intentar averiguar el origen de la plaza del Cristo, que así se llama el inmenso espacio adoquinado donde nos encontramos. En un extremo, junto al pequeño puente de entrada, observamos restos enormes y totalmente derruidos de lo que debió ser una gran muralla que delimitaba la ciudad y que ahora solo conserva algunos grandes torreones amenazando ruina total, a uno de ellos se puede subir ,con precaución, por unas aéreas y empinadas escaleras donde se tiene una panorámica única de esta inmensa plaza, desde aquí da la sensación que ocupa casi la mitad de la extensión del pueblo.

Soportales en la plaza del mismo nombre.

Los espectaculares ábsides mudéjares que han dado fama a ésta iglesia.

En el extremo opuesto de donde estamos estacionados, se alza el Real Hospital de la Purisima Concepción, mandado construir por la primera esposa de Juán II. Cierra todo un lateral de la plaza del Cristo con una vistosa galería renacentista. 



Adosado a uno de los extremos se construyó una pequeña capilla a la que pudimos entrar. Nos impresionó por su aspecto cerrado y oscuro, solo estaba iluminada la imponente imagen gótica del Cristo de las Injurias, todo un conjunto que crea un ambiente ciertamente tenebroso, aunque sí fuímos capaces de admirar  su majestuoso retablo barroco. En un lateral de la pequeña nave central se encuentra un ventanal cerrado con una celosía de madera negra, lugar desde donde Isabel la Catolica “se asomaba” para seguir las celebraciónes religiosas sin poder ser observada por el resto de la concurrencia. ¡ que negro todo !.



Subimos por la calle del Tostado hacia la plaza de San Nicolás donde está la iglesia de San Nicolás de Bari, omnipresente desde cualquier punto que miremos. Las calles son anchas pero se encuentran absolutamente vacías. La construcción en ladrillo también se deja ver en las casas civiles, habiéndose conservado bastante bien y en abundancia por toda la localidad. 



Majestuosa se yergue la iglesia del s. XII con sus dos espléndidos ábsides semicirculares de rojizo ladrillo y su monumental torre cuadrada de casi 50 metros de altura.
Aquí se conserva la pila bautismal original donde fué bautizada Isabel la Católica, tiene un extraordinario artesonado mudéjar de madera en sus tres naves, un coro bajo con sillería mudéjar, pinturas murales góticas en el ábside, retablo manierista, sepulcros de alabastro renacentistas...pero de todo ello nos quedamos con las ganas de verlo porque la iglesia estaba cerrada. No obstante dar unas vueltas alrededor de ella merece mucho la pena si no hay otra alternativa.


Santa María del Castillo

Seguimos sin ver un alma por las calles aumentado así la sensación de majestuosidad y con un puntito de misterio si los ánimos están predispuestos a ello, contemplando las centenarias fachadas de ladrillo que parecen desafiar el paso del tiempo, y de hecho lo hacen, con mayor o menor fortuna dependiendo quienes son y han sido sus gestores y cuidadores.
La enorme plaza irregular se cierra con soportales enfrentados a la entrada principal de San Nicolás de Bari, pero hacia la izquierda los espacios se abren y ascienden hacia otra plaza, ésta todavía mas amplia y elevándose hasta un altozano donde se asienta la iglesia de Santa María del Castillo dominando la población y aún mas allá, hasta la línea del horizonte de los extensos campos circundantes.



El ladrillo románico-mudéjar hizo aquí otro elegante ábside pero en ésta ocasión se deja notar un deterioro mas acusado, sin embargo los alrededores son preciosos y muy bien cuidados con un parque grande y bien arbolado que contrarresta con su verdor la dureza visual de tanto ladrillo y tantas recias fachadas.
Avanza la tarde y comienza a soplar un viento constante y frío, aunque sin nubes, pero el sol ya no calienta.

El "Arco de Piedra"

Seguimos caminando con sosiego y parsimonia por las desiertas calles pensando en la poca actividad que observamos y lo comparamos con la trascendente historia que inevitablemente está impregnada en estas calles y en estos edificios para siempre. Antes de llegar de vuelta a la autocaravana pasamos por el llamado “Arco de Piedra”, restos de lo que fue, posiblemente, el palacio de justicia, importante edificio renacentista del siglo XVI y del que lamentablemente solo quedan estos vestigios en pié.
En resumen, un pueblo que promete, bonito y desde luego interesante, aunque prácticamente  no hemos podido ver ningún interior de sus numerosos monumentos, otra vez será.
Como buen colofón pasamos una noche muy traquila y confortable. En varias ocasiones se veia pasar el coche de la Guardia Civil, sin duda un buen sitio para pernoctar.

Como nos consideramos aprendices en conocer y reconocer el arte que vemos en nuestras escapadas y viajes, ponemos aquí un interesante vídeo que nos recuerda el origen del arte mudejar. Nunca viene mal empaparse un poco para disfrutar mas si cabe de lo que las ciudades nos ofrecen.

Fotografías de Madrigal de las Altas Torres.

SIGUIENTE DESTINO....MEDINA DEL CAMPO, Valladolid



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